Por Marco Guagnelli*
¿Te imaginas que esta cuarentena pudiera durar 32 años? Esta circunstancia es real para miles de personas que se encuentran privadas de su libertad en un centro penitenciario, muchos de ellos, de manera injusta. ¿Cómo sobrevivir al encierro en este contexto?
“Me encuentro en mi edad productiva, me encantaría poder ayudar a mi mamá y sacar adelante a mis tres hijas pero vivimos encerrados, no sólo físicamente, sino, en un estado emocional, por la impotencia de no progresar. En nada se compara estar encerrado en casa por temor a contagiarse de ese virus, que estar encerrado en la cárcel. Aquí te encuentras rodeado de lo peor de la sociedad, sometido a humillaciones constantes. Al pasar el tiempo te da lo que aquí conocemos como el carcelazo; es cuando sólo te concentras en todo aquello que perdiste, lo que sufres, en todo el dolor que causa esto, que tu proceso jurídico no va bien, que tus amistades se alejan, que empiezas a perder el apoyo de la familia, que no hay dinero, que no hay empleo, ni siquiera para comprar artículos básicos de higiene, comida o vestido. Es así cuando recibes el carcelazo y dan ganas de fugarse de todo: te falta el apetito, no te dan ganas de levantarte, no te dan ánimos de nada, todo te da pereza, es muy difícil. Para sobrevivir a esto, muchos de los que estamos aquí hemos aprendido a ver las cosas de diferente manera. En lo personal aprendí a ver que esto no es un caos, sino una oportunidad de cambio. Si cambia una mente como la mía, que estoy encerrado y rodeado de lo peor de la sociedad, quiere decir que todos podemos cambiar. Imaginemos lo que pasaría si ese cambio también sucediera en la mayoría de la gente, trayendo pensamientos de armonía, de amor, de amistad, de familia, de paz.”
Este testimonio pertenece a “Curi”, él participa dentro del taller de teatro que coordino en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. Su reflexión sobre el encierro es parte de los ejercicios que hicimos justo antes de que empezara la cuarentena y se restringiera el acceso con motivo de la contingencia sanitaria del covid-19. Como lo menciona “Curi” no se puede comparar el mundo de afuera con el de adentro, estamos hablando de un universo de contrastes que traspasan lo económico, social, educativo.
Sin embargo estos últimos meses hemos experimentado un campo de experiencia compartida a partir del encierro. Dentro de mi trabajo ha sido fundamental entender los fenómenos que forman parte de la cárcel para así entender el mundo de afuera. Dentro de esta cuarentena, es sorprendente observar las similitudes entre el afuera y adentro relacionado a las medidas coercitivas, procedimientos disciplinarios y vigilancia; herramientas de control social implementadas por el estado que tienen como consecuencia un impacto directo en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. No por nada Foucault desde los años setenta encontró tantas similitudes entre las arquitecturas sociales contemporáneas y la arquitectura de las prisiones. Las voces de aquellos que llevan encerrados la mayor parte de su vida se convierten en un faro que nos puede enseñar a entender estos tiempos de encierro.
“Creo que el teatro me ha ayudado a salir de este lugar. Yo no sé qué es lo que me espera en un futuro, pero al menos tengo la oportunidad de imaginar con mis compañeros un presente diferente en el escenario. Quiero salir adelante, soy bruto, por eso necesito que me motiven y en el teatro he encontrado ese impulso que me ayuda a encontrar una razón para levantarme día a día y salir adelante.”
¿En qué medida el teatro es necesario? ¿Es la ficción una herramienta para escapar del horror? Para aquellos a quienes se les ha privado de su identidad, de su familia, que miran de frente a la muerte; el arte se convierte en una fórmula de vida. Es mucho más complejo que un simple pasatiempo, el arte adquiere un valor en sí mismo: resiliencia, confianza, optimismo, compartirse, dar, estar fuera de sí mismos, encontrarse en los otros. “Curi” reflexiona con sus compañeros sobre la importancia del teatro: “dentro del escenario nada es real” y extrañamente esta afirmación guarda una verdad profunda para ellos. A través de la acción de representar un personaje se dan cuenta de que su propia vida podría ser un gran acto en sí mismo. Para algunos participantes del taller la ficción es fundamental para sobrevivir a su mundo, desarrollar herramientas que les ayudan a tomar perspectiva, imaginando que el cambio es posible, ensayando realidades más allá de lo dictado por la institución, burlando el encierro, reinventado su vida.
Estas páginas son la consecuencia a nuestra imposibilidad de encontrarnos para hacer teatro, para mirarnos de frente y desentrañar la mirada del otro. Imagino este texto como un escenario expandido donde “Curi” y yo podemos seguir actuando, frente a frente y llegar a la misma conclusión: el arte es necesario en un contexto de aislamiento.
Seguimos esperando a que el semáforo llegue a “amarillo”, aparentemente será el banderazo para permitir el encuentro, ¿será justificable entonces que los cuerpos, atendiendo al convivio teatral, sean potenciales focos de contagio? Creatividad no nos faltará, eso es seguro, para ensayarnos y reinventarnos con sana distancia y las medidas de salubridad que nos permita la cárcel. Para mí y para “Curi” la pregunta no se centra en el cómo sino en el cuándo: ¿No es acaso urgente comenzar a actuar? ¿cuánto tiempo más hay que esperar? Espero que la respuesta a estas preguntas vengan llenas de voluntad para encontrar una mejor y transformada “normalidad”.
© Todos los derechos Marco Guagnelli. Fotografía de "Curi".
Marco Guagnelli. Activista y artista escénico originario de la Ciudad de México. Desde el 2014 se involucra con población en contextos de violencia para generar proyectos comunitarios vinculados a las artes escénicas. Sus temas giran en torno a la búsqueda de la identidad y la relación del ser humano con la naturaleza. En el 2017 y 2019 es acreedor del estímulo a creadores escénicos del FONCA en la categoría Interdisciplina. Ha presentado su trabajo en festivales nacionales e internacionales, entre los que destacan: “Fira Tárrega” (Cataluña 2013), XLIV Festival Internacional Cervantino (Guanajuato 2016), Encuentro, Hemispheric Institute (Ciudad de México 2019), entre otros.
Es colaborador de Teatro Entre 2 en los proyectos "Arbolea, convivio de arte y ciencia bajo los árboles", "Y ágora qué?" y "Tragedia Sobre Ruedas, un espectáculo sin frenos".
*Beneficiario del programa de creadores escénicos del FONCA 2019.
Deleite de reflexión y de palabra, sobre el valor del arte para humanizarnos, aún en los contextos más deshumanizantes....Felicidades primo